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viernes, 20 de enero de 2012

Berrinches y Rabietas

Se tira al suelo, patalea, llora y grita sin parar. Las rabietas y los berrinches como respuesta a algún tipo de frustración se dan con mayor o menor frecuencia en los niños entre dos y cuatro años. Esta actitud, que puede hacer perder los nervios a muchos padres, más si tiene lugar en un espacio público, debe corregirse lo antes posible para evitar que se convierta en un arma en manos de los niños para lograr todo lo que se proponen.

A qué se deben las rabietas

Las rabietas son uno de los recursos que emplean los niños entre dos y cuatro años para expresar su frustración ante distintas circunstancias, ya sea porque algo no les sale como esperaban por no tener las aptitudes necesarias, porque se les impida hacer lo que quieran, estén cansandos o no se responda a todas sus demandas tal y como requieren. 


El berrinche incluye, por lo general, gritos, llantos, pataleos, e incluso, algún que otro golpe. Por ello provoca el consiguiente nerviosismo y alteración de los padres. Si encima se desencadena en un lugar público y el pequeño molesta a otras personas con su actitud, la situación puede llegar a ser bochornosa.

¿Se pueden evitar los berrinches?

Estas situaciones no son algo fuera de lo normal, se tienen que dar puesto que los niños hacen estas cosas porque no saben contar qué les pasa. Por eso, la labor de los padres es guiar su comportamiento y enseñar al niño/a que esa no es la forma adecuada de expresar su enfado, cansancio o malestar


El objetivo debe ser que el niño comprenda que, ni con llantos ni con pataleos, se consiguen las cosas. De este modo, la principal premisa que deben atender los padres es no ceder, es decir, no claudicar y darle lo que pide para demostrarle así que su estrategia no funciona y que la próxima vez que la utilice ocurrirá lo mismo.

Estrategias para minimizar las rabietas   

  • Ignorar: la ignorancia puede dar buenos resultados ante una rabieta, puesto que el niño sabe que si no tiene público que le observe, su efecto es nulo. Si el berrinche tiene lugar en el hogar, bastará con salir de la habitación donde esté el niño, no sin antes decirle que esa actitud es inadecuada y que volveremos cuando la finalice. Si está en un espacio público, se puede dar la espalda al pequeño para que se dé cuenta de que no consigue nada con la rabieta o moverle a otro lugar, en el caso de que moleste de forma significativa a las personas que le rodean.
  • El poder de las palabras: razonar con un niño en medio de una rabieta es una misión imposible; es muy probable que no escuche nada de lo que le digan. Sin embargo, una vez que termine el berrinche, se debe hablar con el pequeño sobre lo ocurrido y enseñarle que las cosas se pueden solucionar por caminos diferentes al pataleo. Si la próxima vez el niño opta por el diálogo en vez de por la rabieta, es fundamental felicitarle por ello.
  • Evitar situaciones peligrosas: los niños que abusan de las rabietas tienden a intensificarlas en determinadas situaciones, como cuando están cansados o tienen hambre. Los padres conocedores de esta circunstancia pueden evitarlas si al detectar estos síntomas en sus hijos les acuestan y les dejan descansar un rato o les dan de comer a la hora adecuada.
  • Más vale prevenir: el conocimiento de las reacciones de sus hijos puede ayudar a los padres a prevenir las situaciones de rabietas. Si ya saben que ante una orden o negativa determinada el niño responderá con un berrinche, es aconsejable anticiparse e intentar razonar con ellos antes. Si acuden a una tienda donde hay golosinas y saben que el niño pataleará si no se le compra todo lo que pide, antes de entrar, se puede "negociar" con el pequeño que tan solo se le comprará una golosina y que, en caso de rabieta, no obtendrá ninguna.

    Cuatro consejos imprescindibles 
       
    1. Ante una rabieta, ambos progenitores deben responder por igual. Si uno cede, las estrategias no resultarán efectivas.
    2. Es preciso mantener la calma y no enfadarse y gritar. De ese modo, solo conseguimos que el niño vea que los padres emulan su actitud.
    3. Disculparse con las personas a quienes el niño molesta con su rabieta y hacer todo lo posible para que estas molestias se minimicen.
    4. Reforzar las actitudes positivas y premiar con gestos de cariño y reconocimiento cuando el niño evite por sí solo las rabietas y actúe de forma adecuada ante una frustración.
     Fuente: www.consumer.es

    jueves, 12 de enero de 2012

    El Percentil

    La RAE (www.rae.es) define percentil como el valor que divide un conjunto ordenado de datos estadísticos de forma que un porcentaje de tales datos sea inferior a dicho valor. Así, un individuo en el percentil 80 está por encima del 80% del grupo a que pertenece.

    En el caso de los bebés, el percentil se utiliza para hacer una valoración del crecimiento del recién nacido. Se pueden definir percentiles para todos los parámetros que se quieran: peso, tamaño, perímetro craneal, grasa corporal, etc. Sin embargo, las más utilizadas son las que se refieren al peso y talla del bebé.

    Los percentiles comparan el crecimiento de tu hijo respecto al resto de niños de su edad y sexo. Es decir, si tu niño tiene percentil 50 de peso, implica que de cada 100 niños, 50 pesan menos que él y otros 50 pesan más. Mientras que si su percentil de altura es 30, de cada 100 niños, 30 medirán menos que él y 70 medirán más que él.

    Cualquier percentil puede ser saludable, excepto aquellos muy extremos (por debajo de 3 o por encima de 97). Lo importante no es tanto su percentil respecto al resto de niños, sino cómo evoluciona su peso y altura de un mes a otro. Los resultados obtenidos por esta herramienta son informativos y no sustituye en ningún caso el control del desarrollo y crecimiento de tu hijo. Se debe acudir regularmente al pediatra para realizar las preceptivas revisiones.

    Cuando nos dicen que nuestro hijo está en el percentil 25 del peso significa que, de cada 100 bebés, 75 pesan más que nuestro hijo (luego 24 pesarían menos). Análogamente, si nuestro hijo está en el percentil 80 de altura significa que, de cada 100 bebés, solo hay 20 que midan más que nuestro niño (luego 79 medirían menos).

    Las gráficas de percentiles, suelen tener varias líneas ya dibujadas (la de los percentiles 3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97). En la visita al pediatra las habréis visto. A continuación podéis ver una de ejemplo (tabla no oficial), que serviría para ver el percentil de los niños (de 2 a 19 años).


     

    Siguiendo esta gráfica, un niño de 10 años con 30 kg de peso estaría exactamente en el percentil 50. Es decir, su peso estaría en la media de todos los niños de 10 años.

    Todas las líneas de los percentiles reflejadas en las gráficas, corresponden a valores normales. Sin embargo, dentro de la normalidad hay diferencias: hay niños más altos (percentiles altos) o más bajos (percentiles bajos); niños más gorditos (percentiles altos) o más delgados (percentiles bajos). Los niños extremadamente altos/obesos, estarían por encima del percentil 97. Asimismo, los niños extremadamente bajos/delgados, estarían por debajo del percentil 3.

    Lo verdaderamente importante no es tener el percentil más alto posible, sino que el niño crezca y se desarrolle en torno a un mismo percentil. Es decir, que si un niño es alto (por tener, por ejemplo, un percentil 90 en la altura), debería estar en un percentil similar según vaya creciendo.

    Desde estos enlaces, introduciendo los datos solicitados, se puede obtener el percentil:

    http://www.percentilesinfantiles.es/
    http://www.todopapas.com/calculadora/percentil#
    http://www.guiadelnino.com/percentiles-de-talla-y-peso

    Para todos aquellos que dispongáis de un Iphone o un Ipad os facilitamos el enlace para descargar una APP gratuita que permite calcular el percentil así como la dosis correcta a administrar de los principales medicamentos, en caso de fiebre.

    http://itunes.apple.com/es/app/percentil/id465598253?mt=8

    Fuentes:
    www.papaenapuros.com
    www.percentilesinfantiles.es/
    www.todopapas.com
    www.guiadelnino.com

    lunes, 9 de enero de 2012

    El Ratoncito Pérez

    Hoy se cumplen 161 años del nacimiento de Luis Coloma, escritor, periodista y jesuita español, especialmente conocido por su labor como autor de literatura infantil y muy en especial por haber creado al popular Ratoncito Pérez. Luis Coloma nació el 9 de enero de 1851 en Jerez de la Frontera.

    Fue precisamente el Rey Alfonso XIII el destinatario de su creación más famosa. El personaje es un pequeño ratón que deja regalos a cambio de los dientes que los niños depositan debajo de sus almohadas, algo que se ha convertido en tradición en España y Latinoamérica.

    El cuento original fue escrito por petición de la corte, después de que al rey, que entonces tenía 8 años, se le cayera un diente. Coloma lo presenta como un bonachón personaje que muestra al Rey Buby (apodo con que la Reina María Cristina llamaba a su hijo) las miserias de los pobres, antes de depositar un toisón de oro en su ilustre lecho.

    El ratón vivía con su familia dentro de una gran caja de galletas, en el almacén de la entonces famosa confitería Prats, en el número ocho de la calle del Arenal, en el corazón de Madrid, a unos cien metros del Palacio Real. El pequeño roedor se escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, llegaba a las habitaciones del pequeño rey Buby (Alfonso XIII) y las de otros niños más pobres que habían perdido algún diente, despistando a los gatos, que siempre estaban al acecho.

    Años después este ilustre personaje ha recibido un merecido reconocimiento, tras estar años y años llenando de ilusión los sueños de los más pequeños. El Ratoncito Pérez es de los pocos personajes de ficción que tiene residencia real conocida.

    El Ayuntamiento de Madrid rindió un homenaje a este ratoncito de leyenda instalando una placa conmemorativa en la calle del Arenal, número 8, de Madrid, el mismo lugar donde el padre Coloma situó la vivienda del roedor, con el siguiente texto: 

    "Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII".

    Fuentes: www.es.wikipedia.org

    Tema del mes: Los juguetes ( II )

    Continuando con el tema de este mes, los juguetes, vamos a aprender una canción:

    Tengo una muñeca, vestida de azul, con su camisita y su canesú
    la saqué a paseo se me constipó, la tengo en la cama con mucho dolor.

    Esta mañanita me dijo el doctor, que le dé jarabe con un tenedor.
    Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis.

    Y ocho, veinticuatro y ocho, treinta y dos. Ánimas benditas, me arrodillo yo.

    Y también unas adivinanzas relacionadas con el tema:
                   
    Gaspar, Baltasar y Melchor los transportan en camellos
    y los dejan en enero, a todos los niños buenos.
    (Los juguetes).

    Soy redondita y sin pies; puedo correr y saltar,
    y apenas puedo quedarme quietecita en un lugar.
    (La pelota).

    miércoles, 4 de enero de 2012

    Tema del mes: Los juguetes ( I )

    A la vuelta de las vacaciones de Navidad y, aprovechando estas fiestas, una vez realizado el reencuentro y el período de adaptación, trabajaremos el tema de los juguetes.

    El juego es una actividad básica del mundo infantil que, al igual que los juguetes, aporta diversión, afecto, diversidad, y la posibilidad de interacciones personales. La actividad lúdica es fundamental al favorecer multitud de aprendizajes y contribuir a desarrollar habilidades sociales y normas de convivencia.

    El juego y el juguete constituyen un modo peculiar de interacción con el medio para los niños y para las niñas de estas edades y, por tanto, un medio central de aprendizaje.

    A lo largo de esta unidad, exploraremos diferentes posibilidades del juego y del juguete, otorgándose especial importancia a los juegos colectivos que fomentan la cooperación y la aceptación de normas.

    Nuestros objetivos son:
    • Fomentar  en el alumnado el cuidado y la valoración de los juguetes. Estableceremos en el aula las normas para el cuidado de los mismos.
    • Fomentar en los niños la actitud de compartir sus juegos y juguetes desarrollando hábitos de convivencia y amistad rechazando todo tipo de juegos violentos.
    • Aprender a utilizar los juguetes de forma creativa, a cuidarlos, a conservarlos y a ordenarlos.
    • Potenciar el uso de juguetes sin atender al sexo.

    Para ello os pediremos que traigáis un juguete de casa al aula. A los niños y niñas les hace muy felices enseñar los juguetes que les regalaron en Navidad, por lo que durante los primeros días de clase, después de las vacaciones navideñas, dedicaremos parte de la jornada a conocerlos e intercambiar experiencias y juguetes.

     Las actividades que realizaremos serán:
    • Contar el número de juguetes traídos, realizar series, clasificaciones..., según se juegue con ellos, solos o si hay que moverlos, si pesan mucho o poco…
    • Hacer una sesión de juguetes tipificados de niña y otra con juguetes tipificados de niño.
    • Comentar posteriormente: cómo lo hemos pasado, con qué juguetes hemos jugado y nos hemos divertido más...
    • Realizar, individualmente, un dibujo del juguete o los juguetes que más nos han gustado y los que menos, y explicar a la clase el porqué.
    • Pegar los diferentes dibujos en un mural.
    • Realizaremos rincones de juegos (juego simbólico) coches, limpieza, casa, construcciones... Todos los niños y las niñas pasarán, periódicamente, por los diferentes rincones. Posteriormente, comentaremos cómo han jugado, si se han divertido, cuál les ha gustado más...
    • Convertiremos el aula en un rincón de juego colectivo.
    • Comentaremos en clase a qué sitios solemos ir a jugar y haremos una lista: en la plaza, en el parque …, ilustrando con dibujos cada uno de ellos.
    • Traeremos al aula fotos, folletos..., de diferentes juguetes, con el fin de realizar nosotros nuestro propio catálogo de los juguetes que más nos gustan.

    lunes, 2 de enero de 2012

    Estimular al bebé con la música

    El uso consciente de la música con los bebés favorece su desarrollo físico y psicológico.

    El sentido del oído es el primero que se desarrolla en el ser humano
    . A partir de los cuatro meses de gestación, el bebé ya puede escuchar; a los dos meses de edad es capaz de captar ritmos y con tan solo medio año de vida consigue reconocer melodías. ¿Se puede aprovechar esta capacidad para estimular al bebé?.

    Distintos estudios e investigaciones en torno a este ámbito son coincidentes y avalan la principal premisa que defienden muchos especialistas en estimulación temprana y expertos en musicoterapia: el uso consciente de la música con los bebés favorece su desarrollo tanto físico como psicológico.

    Música desde el embarazo
    Al ser el primer sentido que se desarrolla, el oído es también el primero que se puede utilizar para estimular al bebé, ya desde el útero materno. Numerosos especialistas han verificado que los bebés a quienes se ponía determinada música mientras estaban en el vientre materno eran capaces de reconocerlas después de nacer e, incluso, sonreír al recordarlas. Estos expertos coinciden en que la música que el recién nacido escuchó antes de nacer tiene un efecto de tranquilidad en los bebés y les ayuda a dormir mejor y llorar menos.

    Después del nacimiento, la estimulación a través de la música ayuda al niño a crecer en todos los sentidos.

    ¿Por qué es buena la música para los bebés?

    A lo largo de las últimas décadas se han desarrollado distintas investigaciones y experimentos científicos para verificar los efectos que la música causa en los bebés desde su nacimiento hasta los tres años. En ningún caso estos estudios resuelven que la música es capaz de hacer niños más inteligentes ni superdotados, sino que su uso consciente por parte de los adultos que rodean al niño favorece el desarrollo cerebral y ayuda a estimular distintas habilidades que favorecen su aprendizaje posterior. Estos son algunos de los beneficios más destacados que reporta la música a los bebés:
    • Reduce los niveles de estrés, al tener un efecto de relajación en los más pequeños.
    • Mientras realiza actividades, la cadencia rítmica le ayuda a mejorar la concentración y a desplegar su creatividad.
    • La interacción con el adulto por medio de la música ayuda a desarrollar lazos de comunicación más estrechos con los bebés.
    • El ritmo permite asociar música y movimiento y, por tanto, favorece el desarrollo psicomotor del bebé, le proporciona mayor sentido del equilibro y un movimiento más armonioso cuando comienza a andar.
    • La música estimula el desarrollo lingüístico, puesto que propicia conexiones neuronales activas en el campo del lenguaje.
    • Los niños prematuros expuestos a melodías musicales mejoran sus hábitos de alimentación y avanzan en aspectos fisiológicos, como el ritmo cardiaco y respiratorio.

      Actividades para estimular al bebé con la música

      Antes de nacer
      : a partir de los cuatro meses de embarazo, la madre puede empezar a exponer a su hijo a las primeras composiciones musicales. Se puede utilizar para ello alguno de los cinturones musicales diseñados para esta función o bien unos auriculares colocados en el vientre materno. Aunque se pueden tener en cuenta los gustos de la madre para elegir el tipo de música, los expertos recomiendan melodías clásicas tranquilas de compositores como Mozart, Vivaldi, Beethoven, Bach o Tchaikovsky.

      Los primeros meses: en los dos primeros meses de vida, es aconsejable cantar a los bebés canciones de cuna o ponerles temas musicales instrumentales de corta duración y tiempo lento, que les recuerden los latidos del corazón de su madre y hagan que su sistema nervioso entre en una fase de relajación. Los especialistas recomiendan algunas composiciones para este periodo, como 'Contradanza KV 535. La Batalle' de Mozart, 'Canción de Cuna' de Brahms o 'El Sueño de una noche de verano' de Mendelssohn.

      Cantarle: cantar canciones conocidas o inventadas en las que se haga referencia a la actividad que se realiza le ayuda a activar el lenguaje, ya que al estar las palabras asociadas a un sonido agradable, el bebé las escucha y asimila con mayor rapidez.

      Música de día y música de noche: a partir de los dos meses, se puede ayudar al bebé a distinguir los distintos momentos del día gracias a la música. Los especialistas aconsejan utilizar música más dinámica cuando están despiertos para que la asocien con la actividad y más pausada en los momentos del sueño, para que se relajen.

      Jugar con música: utilizar la música de fondo mientras el bebé juega le ayuda a concentrarse más en la actividad que realiza y a mantener esta actitud durante más tiempo, ya que le crea un clima de tranquilidad y relajación.

      Los primeros bailes: a partir de los seis meses, el adulto puede comenzar la estimulación corporal a través de la música por medio del balanceo del bebé en sus brazos al ritmo de la pieza musical que escucha. A partir del año, se le puede instar a realizar sus primeros movimientos motores con música que tenga un ritmo adecuado al desarrollo del niño.

      Algunos enlaces:

      Fuente: www.consumer.es