Los dientes de leche se empiezan a formar en la tercera semana de vida intrauterina, de manera que cuando el niño/a nace, tiene dentro de sus huesos maxilares los brotes de los 20 dientes que componen su fórmula dentaria temporal o "de leche" y las células diferenciadas que darán origen a los 32 dientes definitivos.
La primera dentición es reemplazada por la aparición de piezas permanentes o dentición secundaria, proceso que comienza alrededor de los 6 o 7 años.
Los dientes de leche generalmente siguen un orden en tiempo y secuencia de aparición que de alguna manera está relacionado con el desarrollo general del niño. Se considera que los 6 meses es la edad más frecuente de inicio de la erupción de los primeros dientes, pudiendo considerarse como normal algún retraso, siempre que no sea más allá de los 12 a 14 meses.
Los dientes aparecen por pares homólogos, generalmente en el siguiente orden:
* Incisivos centrales inferiores (6 a 8 meses)
* Incisivos centrales superiores (8 a 10 meses)
* Incisivos laterales superiores (8 a 10 meses)
* Incisivos laterales inferiores (10 a 15 meses)
* Primeros molares inferiores y luego los superiores (12 a 15 meses)
* Caninos inferiores y luego los superiores (18 a 24 meses)
* Segundos molares inferiores y luego los superiores (24 a 36 meses)
* Incisivos centrales inferiores (6 a 8 meses)
* Incisivos centrales superiores (8 a 10 meses)
* Incisivos laterales superiores (8 a 10 meses)
* Incisivos laterales inferiores (10 a 15 meses)
* Primeros molares inferiores y luego los superiores (12 a 15 meses)
* Caninos inferiores y luego los superiores (18 a 24 meses)
* Segundos molares inferiores y luego los superiores (24 a 36 meses)
¿Cuando se completan los dientes de leche?
Entre los 2,5 y los 3 años el niño debería tener su dentadura temporal completa y permanecerá invariable hasta los 5,5 o 6 años, edad en que empieza el recambio dentario y salen los primeros molares definitivos.
Molestias de la erupción
Si bien la erupción es un proceso natural, muchas veces la aparición de los dientes está precedida de algunas manifestaciones molestas para el niño que lo ponen irritable. Lo más característico es la gran salivación y molestias en las encías, que hacen que el niño/a muerda con fuerza sus dedos, el biberón, el chupete o cualquier otro elemento a su alcance.
Todas esas molestias desaparecen cuando los dientes rompen la encía y dejan de hacer presión debajo de ellas. Para aliviar estas molestias es posible realizar unos suaves masajes sobre las encías con las yemas de los dedos o darle al niño/a un mordedor.
En cuanto a la higiene bucal, a partir de un año es conveniente acostumbrar al niño/a a cepillarse los dientes con un cepillo de cerdas suaves y se aconseja realizar una visita al odontólogo a partir de los 3 años.